La eternidad de nuestros limites....
Capítulo
I
Actos inocentes
Entender
mi situación es tan problemática que desearía fuera solamente una
cuestión de verdades a medias, el día de hoy me dirijo a la casa de
la que salí en media de la noche hace
10 años,
con mi prometido, a la fecha regreso suplantándolo, he decido
vengarlo, nunca imagine que la investigación me trajera de vuelta a
estos confinares, enfrentarme a
lo que en su momento huí,
me hace sentirme insegura sobre si podré hacerlo…
Hace
10 años, cuando apenas era una niña de 12 años me encontraba en la
tragedia misma de mi fatalista existencia, en ese entonces rodeada de
la más lujosa educación, la estricta formación machista con la que
estaba regida la sociedad aristócrata del momento, las mujeres deben
educarse para los deberes y para poder hacer platica con tu marido,
solo mero entretenimiento, a mi hermana Candria no es algo que le
moleste, ella provista de los mejores genes considera su postura una
bendición, no le costara encontrar al mejor postor, que desgracia,
sin embargo es cierto es hermosa, su piel en tono arena, su larga
cabellera color azabache, su espléndida figura curvilínea,
sus rasgos exquisitos y sensuales, su mirada en amatista, solo
reflejan la belleza innata.
Aún
recuerdo la fiesta de presentación en sociedad de Candria, ahí
estaba yo con mi escuálida figura, mi piel tan pálida como el
papel, mi cabellera rubia y fina y esa mirada en azul tan desvaído,
esperando a que apareciera mi hermana mientras yo bebía unas copas
de vino, nadie notaba lo embriagada que me encontraba, solo era un
fantasma en ese salón que cada vez se me hacía sofocante, era
inmenso pero yo me sentía a punto de desplomarme, los tacones
sonoros se escuchaban atreves del corredor, los invitados empezaron a
ponerse inquietos, entre la multitud yacía Emilio, hijo de un amigo
muy cercano de mi padre, el parecía no tener tanta impaciencia, y yo
sentí que el era el amor de mi vida, años después se que no estaba
errada, era muy alto para su edad, algo delgado pero tonificado, su
piel en un tono marfil, su cabello largo y en una coleta en color
anaranjado, su traje azul resaltaba su mirada esmeralda, la gente
desapareció de mi alcance de visión, el era lo único que veía,
cuando la puerta se abrió y los tacones al fin cesaron el termino
cayendo en el hechizo de Candria, no había que hacer ahí, no soy
capaz de tolerar a esta sociedad, salí de la habitación y pase al
lado de Emilio, nuestras miradas se cruzaron por unos segundos, me
fui a poner debajo de un árbol de cerezos que es mi favorito y en el
cual me he ocultado de las clases de labores domésticas, ahí estaba
leyendo uno de mis libros favoritos sobre la razón , entonces una
sombra me impidió ver y cuando volví la mirada era Emilio, tenía
girando mi collar
favorito, él lo recogió, él supo que era mío.
- Supuse que lo buscarías, no es la primera vez que lo traes, lo recuerdo, llevas años con el.
- ¿Perdón, nos conocemos de antes?
- ¡Que malvada!, mi papá antes de morir , siempre veníamos a visitar a tu familia, hace 5 años que no vuelvo, tu hermana y tu han crecido, bueno ella.
- Algún día creceré como es debido
- No te molestes solamente era una broma, no eras tan enojona hace 5 años
- no me hables tan familiarmente, dirás todo esto, pero yo no te recuerdo.
- Claro que no porque siempre andabas escondiéndote de tu nana, jugaba con Candria, en ese entonces era más sencilla. Supongo tienes razón eras muy pequeña y las veces que jugábamos tu decías que serias mi esposa, supongo que las cosas han cambiado ¿No crees? Espera no te sonrojes eran cosas de niños.
- No lo recuerdo, discúlpame, este collar me lo obsequio mi abuelo, el único que me veía como persona antes que mercancía.
- Lo recuerdo fue el dia que te enfadaste con tu padre porque querías clases de latín, el se negó y tu saliste y te caíste rompiéndote la mano.
- ¿Cómo es que recuerdas todo?
- Bueno en aquellos tiempos, yo ya tenía 13 años
- Disculpa por no recordar
- No tienes que disculparte, dime sigues queriendo ser un chico e ir a la universidad
- Aunque suene vergonzoso, si , aunque espero que en 6 años no tenga que pensar ser un chico
- He escuchado que en la capital abrirán la convocatoria el año que viene y se aceptaran mujeres
- Eso es increíble
- Me alegro que sonrías, no me gusta verte así de sombría.
- Te lo agradezco…
- Emilio, tengo que retirarme pero este verano estaré aquí espero podamos seguir viéndonos, me gusta estar contigo, iré a saludar a Candria
- Claro, salúdala de mi parte.
- Eres tan graciosa.
Ese
encuentro con Emilio fue afortunado, no recordaba haber tenido una
amistad con el en ese entonces, eso explicaba por qué sentí que ya
lo amaba, aun pensaba que sería tu esposa. Esas semanas Emilio
cumplió su promesa y estuvimos juntos mucho tiempo, salíamos mucho,
un dia después
de salir a montar caballo
intercambiamos mi collar
por su anillo,
estábamos muy cerca y estuve a punto de confesarme cuando el me dijo
“ eres una niña muy linda e inteligente por eso me gusta estar
contigo, es como la hermana que no tuve y siempre quise” , el solo
me veía como una niña, no es posible que el sintiera algo al final
de cuentas el era un joven de 18 años y yo solo una niña de 12,
Candria por su parte era cortejada por varios jóvenes y señores,
ella ya efectuaba el roll para el que había sido educada. Me sentía
tan cercana a Emilio y creía que el me amaba, solo era un niña
ingenua, una mañana mi madre me levanto muy temprano, me pido que
fuera al despacho de mi padre, sabía que había estado comportándome
bien, pero el ser llamada por el solo era presagio que algo no era
conveniente.
- ¿Por qué tardas tanto?
- Por qué me mandas a llamar de pronto.
- Te he tenido muy mimada estos años, pero deberías dar gracias porque tu padre te ha conseguido un marido, porque con esa actitud dudo encuentres por tus propios medios.
- Espera que derecho tienes tú??
- Soy tu padre y he gastado para que este día llegue
- Si es eso lo pagare pero no tienes por qué decidir por mí , si Candria está de acuerdo con ello entonces está bien… ¡¡para ella!!. Vamos dame la bofetada
(Tocan)
- Pase, eres tu Guillermo, te presento a Carol
- Mucho gusto
La
apariencia de Guillermo era pequeña, tenía rasgos muy femeninos, no
había duda que era un príncipe en apariencia, no comprendía como
el estaba interesado en mi, huérfano a sus 15 años, heredero de una
basta fortuna, como el quería casarse con alguien tan ordinaria como
yo, el era muy calmado y apenas un poco mas alto que yo.
- No vengo a obligarte a casarte conmigo, solo a pedir que me des la oportunidad de conocernos, si estás de acuerdo me gustaría cortejarte.
- Muchacho no hay necesidad de ser tan formal, yo doy mi consentimiento
- ¡¡Papa!!!
- Cállate, bien debes saber que las mujeres solo deben estar…
- Para ser una compañera, ella debe tener su voz, y yo Carol te escuchare siempre, permíteme que me conozcas
- Siendo ese el caso no tengo por qué rechazar una amistad.
Para
ser sincera Guillermo siempre me pareció una persona muy calmada y
me sentía afortunada que él quisiera desposarme, lamentaba no
sentir por el nada en comparación por Emilio, algunas tardes el me
visitaba y platicábamos de temas relacionados con la física, ética,
la moral, él era un erudito, el quería entrar a la universidad, su
sueño ser docente, él había heredado una suma importante de
dinero, capaz de vivir sin trabajar, a él no le interesaban los
negocios el quería dedicarse a la filosofía, él me contaba sus
sueños que eran similares a los míos, aun así solo teníamos cosas
en común pero no un amor, aun así me sentía preocupada por la
herencia había mucha gente que deseaba matarlo por no creer que
fuera merecedor de esa fortuna, un día el fue a verme temprano y su
proposición me dejo sin palabras “ Vamos a fugarnos, vivamos
juntos, cumplamos las metas y si en un futuro te enamoras de mí,
vive toda la vida junto a mi, sino déjame, vayamos a vivir a Londres
para que estudies ahí, no me contestes nada, me tengo que ir esta
noche, no se cuándo pueda regresar, estaré esperándote a media
noche en la entrada si no llegas me iré y podrás despreocuparte de
mí”.
Cuando
Guillermo se fue, estuve vagando por el jardín, últimamente Candria
empezó a ser cercana a Emilio, aun así no era un candidato el no
tenía acceso a la fortuna de su padre, era su tío, el haría
posesión de ella a las 21 años pero no era un negocio para mi padre
por lo que para Candria tampoco, sin embargo Emilio se encontraba
entusiasmado con la poco atención que le daban, eso me enfurecía,
aun así lo amaba, cuando iba hacia mi recamara escuche las voces de
Emilio y Candria, me oculte y fue entonces cuando vi cómo se
miraban, no soporte y salí corriendo, Emilio intento alcanzarme pero
jamás lo hizo, me escondí toda la tarde , había decidido que hacer
con respecto a Guillermo.
- Carol por favor no escapes
- Que quieres?
- Déjame explicarte
- No hay nada que tengas o quiera escuchar, no debería verte tanto, mi prometido podría molestarse
- Tu qué? No es posible, tu dijiste que no te casarías con el
- Tu estarás siempre a lo que Candria diga y yo no puedo ser capaz de esperar al día que tú me mires como mujer y no solo una niña.
- Acaso tu estas ena..
- Estaba, tonto, no me casaría si fuese así.
- Tienes razón no puedo mirarte de otra manera, eres una niña solamente, a mí me gusta Candria.
- Sabes espero realmente no les importe a ella y mis padres, tu situación económica.
- Carol espera, yo no puedo dejar que te cases eres muy pequeña, no lo hagas.
- Hare lo que deseo, amo a Guillermo y me iré con él, te agradezco no hables de esto con nadie aun.
Esa
fue la última vez que hable con el, la última vez que lo vi en 10
años, escape de mi casa decidí aceptar la oferta de Guillermo,
viviría con él en Londres donde nadie nos conociera, en la noche me
dirige a la puerta con una maleta, al momento de brincar me lastime
el tobillo y pensé que no iría Guillermo pero el me cargo entre sus
brazos, el no era tan alto como Emilio aun así podía cargarme sin
problemas, tomamos el tren esa noche, cuando fue abordado por
bandidos, ellos iban a buscar a Emilio, parecía que el sabía que
algo ocurriría me dio un papel que guardara por si sucediese algo,
intentaron protegernos pero fue en vano, al intentar blandir la
espada que tome me hirieron en el brazo, Guillermo intento protegerme
pero la herida fue muy profunda, los bandidos pusieron explosivos en
el tren, como pude bajamos del tren antes que el vagón se
desplomara, dejaron a Guillermo mal herido, cuando estábamos abajo
el me pidió un beso como último deseo, se lo di, y solo alcanzo a
decir “ Gracias, te amo”, el murió en mis brazos y yo jamás
pude amarlo de la misma forma que él lo hacía, me protegió, yo
aún seguía aferrada a su cuerpo, se acercó a mí un señor, me
pidió que fuera con él se encargaría del cuerpo, era maximus el
cuidaba de Guillermo, vi sus ojos rojos, decidimos guardar silencio
sobre lo que ocurrió en ese tren, y ocupamos la muerte de Guillermo
para mi beneficio, se hizo público lo ocurrido en el tren pero se
dijo que fui yo quien murió en ese accidente y no encontraron más
que mis pertenencias, decidí ocultarme en lo que sabíamos de los
responsables, se mantuvo en secreto que yo era la heredera de
Guillermo, seguí instruyéndome en defensa, estudie mucho y me
convertí en una espadachín muy buena, durante esos años Maximus se
dedicó a investigar lo ocurrido en ese accidente y se enteró que el
culpable había sido el Tío de Guillermo, lo localizamos cuando
apareció para cortejar a Candria ochos años después de lo
ocurrido en el tren , el marido de Candria era un Duque había muerto
de manera similar a la de Guillermo, , mi paradero era secreto y
después de terminar la universidad era necesario hacer un ajuste de
cuentas.
Maximus
no quería que cumpliera con mi promesa, pero tenía que hacerlo, yo
usurpe a Guillermo, el mato a el único hombre que pudo ser capaz de
hacerme olvidar a Emilio.
Es
así como esa escuálida niña después de 10 años que salió con
el sueño de ir a la universidad, poder conducir por ella misma su
propio automóvil, poder ser capaz de solventarme por mi misma sin la
necesidad del apellido de mi familia, parecían cosas que no podría
cumplir, termine la universidad, me dirijo en mi propio vehículo
sin embargo no de la manera que me hubiera gustado, no fue con mi
propia identidad.
El
tío de Guillermo es una persona muy peligrosa que se hizo de riqueza
por sus medios mezquinos, al parecer mato al duque y espera casarse
pronto con Candria, por lo que se mi padre no esta tan de acuerdo,
temo que quiera hacerlo a un lado, dentro de dos días se hará un
baile en aviso del termino de Duelo de Candria, tengo que evitar que
esa tonta lo elija, así tenga que fingir que la cortejare, eso de
ser masculino se me da, no temo ser descubierta, temo no ser capaz de
cumplir mi venganza.
- Señorita no haga nada arriesgado, no haga nada por su cuenta.
- No te preocupes, seré cuidadosa, no tienes por qué preocuparte.
- Es igual que el señorito, sino hubiese permitido que el hiciera por su cuenta las cosas, el estaría aquí con usted.
- No tienes por qué culparte, él era así solamente, no hay otra justificación, no hay de que arrepentirse, de ser así la que más lo hace soy yo, yo no pude llegar amarlo de la misma manera que él lo hizo, aun no sé por qué se enamoró de una ordinaria como.
- Porque es igual que él, solo necesito una mirada para amarla toda su vida.
La mandragora....
Esta es otra historia en proceso...
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